BIM relanza el sector de la ingeniería alimentaria

La metodología BIM se está abriendo paso en el sector agroalimentario que ha visto cómo esta tecnología puede ayudarle en el camino al éxito.

Prueba de ello es el proyecto de construcción de un macrocomplejo industrial en la localidad aragonesa de Épila, que lidera la empresa bonÀrea y con el que busca centralizar su producción y suministro y expandirse por el norte y centro de España.

Cada vez son más las empresas de ingeniería que apuestan por la tecnología BIM (Building Information Modeling) para lograr el éxito en sus proyectos.

También en el sector agroalimentario. Es el caso de la cooperativa bonÀrea (www.bonarea-agrupa.com), que ha utilizado este modelo de trabajo para construir su nuevo centro de producción y logística en Épila, en la provincia de Zaragoza.

Este macrocomplejo, que aspira a convertirse en la segunda mayor industria de Aragón cuando se complete en 2029, surge de la necesidad de crecimiento de este grupo líder en el sector para abrir nuevas tiendas y para centralizar la producción y suministros y hacer realidad así su plan de expansión por el norte de España, Madrid y Levante.

La metodología BIM ha llamado a la puerta de la industria agroalimentaria y ésta la ha abierto de par en par.

Y es que este sector ha descubierto que un proyecto realizado mediante esta técnica tiene como resultado una mayor productividad y eficiencia entre los distintos agentes involucrados, una mayor transparencia en todas las fases del proyecto, una reducción de tiempos y costes y un resultado final de mejor calidad y exitoso de acuerdo con las exigencias acordadas con el cliente. Una forma de trabajo más sostenible con el medio ambiente.

Esta tecnología permite la gestión integral de todas las fases de un proyecto de construcción.

El trabajo se realiza a través de modelos virtuales y de forma colaborativa entre los diferentes agentes que intervienen tanto en la parte constructiva e industrial como en el mantenimiento de los edificios.

Mediante el modelado del edificio en 3D y la ejecución a tiempo real de sus partes, se centralizan todos los trabajos que requieren los proyectos en un único modelo BIM al que pueden acceder en cualquier instante los integrantes que participen en el diseño.

Beneficios de BIM

El grupo bonÀrea, con amplia experiencia en el sector agroalimentario, nació a finales de los años 50 como cooperativa alimentaria Guissona y en la actualidad cuenta con 4.000 profesionales que trabajan en todas las fases productivas de los productos alimentarios que venden en sus tiendas.

En los últimos años ha incorporado perfiles laborales relacionados con BIM, entre otros la figura del BIM Manager cuya función principal “es liderar la correcta implantación y uso de la metodología BIM”, explica Borja Sánchez Ortega, Director de Proyectos y Director del Máster BIM Manager Internacional (+VR) de la consultora especializada Espacio BIM (www.espaciobim.com).

En el caso del centro de Épila, este cometido lo llevó a cabo Jorge Oto. En una entrevista para la sección AbiertoXObras de la mencionada consultora, el BIM Manager de bonÀrea explica como “los profesionales que trabajamos en esta empresa redactamos un anteproyecto en función de las necesidades de producción que iba a llevar la nave”.

Después, dividieron el proyecto en lotes (eléctrico, mecánico, PCI, obra civil, manutención y automatización) y contrataron a varias constructoras para que se pusieran manos a la obra.

“Todas se dieron cuenta de los beneficios de trabajar con metodología BIM tanto para el proyecto como para la posterior ejecución. Y también para usar los archivos e información que tienen para poder mejorar los procesos de mantenimiento de todas las instalaciones”, asegura Oto. 

La apuesta por BIM demuestra que el interés de esta empresa por la innovación está fuera de toda duda. Eso sí, siempre que se garantice la proximidad, sostenibilidad y seguridad alimentaria.

“Estamos implicados en todas las fases del producto: origen, crianza, elaboración de los productos, reparto diario y venta directa en nuestras tiendas. Este modelo de economía circular, sin la necesidad de intermediarios, nos ayuda a poder certificar la calidad de los productos”, explica el BIM Manager de bonÀrea.

Crear 4.000 empleos

El nuevo centro comenzó a operar a finales del pasado año con alrededor de un centenar de profesionales en una nave logística de 15.000 metros cuadrados pero el proyecto aspira a crear 4.000 empleos directos en la próxima década tras una inversión de 400 millones de euros.

Su objetivo es centralizar el suministro a las tiendas (a finales de este año tendrá capacidad para atender pedidos a 250 de las 1.000 tiendas que abastecerá cuando esté a pleno rendimiento) e impulsar su plan de expansión por España.